Descubrimos la historia de uno de los más emblemáticos teatros en Madrid.
El Teatro La Latina de Madrid es, sin duda, uno de los teatros más queridos por el público de la capital de España y del teatro. Lo hizo inmensamente popular la inmortal Lina Morgan que fue su propietaria durante muchos años y lo convirtió en el lugar donde se estrenaron sus más famosas obras como: Vaya par de gemelas o El último tranvía.
Durante una larga etapa La Latina fue el palacio donde reinó Lina Morgan pero, detrás del nombre de la inolvidable actriz, hay una gran historia para descubrir sobre el conocido teatro, uno de los más importantes teatros en Madrid.
Empezaremos por decir que está situado junto a la Plaza de la Cebada y que lleva el nombre del barrio en el que se localiza, La Latina. Fue uno de los más importantes escenarios para la comedia y la revista a lo largo de todo el siglo pasado. Tanto el barrio como el teatro deben su nombre a Beatriz Galindo, apodada La Latina, una gran humanista y escritora castellana del siglo XV que fue dama de compañía y maestra de la Reina Isabel I de Castilla.
Fue creado en la primera década del siglo XX por un anticuario que se llamaba Juan LaforaCalatayud, y se puso en pie en lo que fueron los terrenos de un antiguo hospital. Y sirvió de sede durante varios años a más de una compañía importante, como las de Emilio Sagi o el maestro Guerrero. Allá por el año 1945 lo compró Dolores Díez para su hijo y es un poco después cuando es alquilado por el empresario Matías Colsada, quien lo comprará 40 años más tarde, allá por el 77.
Durante su primera etapa de vida el teatro fue un ir y venir de estrenos de revistas que más tarde serían inmortales como, por ejemplo, La blanca doble. Por su escenario desfilaron grandísimos actores de comedia como Antonio Garisa, Juanito Navarro, Luis Cuenca, el dúo de humoristas Zori y Santos, Ángel de Andrés, Lilian de Celis o Antonio Casal.
En una de esas revistas de 1955, Espabíleme usted al chico, trabajaba como tercera vedette una actriz que aún no tenía ni siquiera nombre artístico, ella era una jovencísima Lina Morgan. En la época en la que perteneció al sagaz empresario de revistas Matías Colsada, que ya tenía el Teatro Apolo de Barcelona, La Latina fue ocupado prácticamente por el género de la revista. Esta fue sin duda la época más popular del teatro, gracias a que muchos de los actores del momento pasaron por él y triunfaron durante varias temporadas. En la cartelera brillaban los nombres de Tony Leblanc, Rafaela Aparicio o Quique Camoiras, además del de la gran vedette del momento, Tania Doris.
A finales de los 70 dos de los actores que triunfaron en La Latina tenían ya compañía propia, Juanito Navarro triunfaba en el Calderón de Madrid y Lina Morgan en el Barceló. Cuando ésta se enteró de que el teatro de sus inicios y primeros éxitos corría peligro de desaparecer, decide comprarlo por 127 millones de pesetas, junto a su hermano José Luis, que ya era productor y empresario. Aquella barraca estaba muy lejos de ser el Palacio de la Revista que fue tiempo después.
Bajo la dirección de Lina y José Luis el Teatro La Latina cosechó éxito tras éxito, siempre con un espectáculo propio en cartel que se alternaba con otro ajeno cuando el propio salía de gira.Uno de los que arrasó en aquella época fue el de Lola Flores que llevaba por nombre Con casta.
Fue restaurado en 1984, y Lina Morgan exigió al arquitecto que todos los camerinos tuvieran baño, duchas y sofás para descansar.
Fueron años maravillosos para la comedia, la revista y el mismo Teatro La Latina pero, tras el fallecimiento de José Luis López, en un momento en que su hermana Lina estaba inmersa de lleno en varios proyectos televisivos, la actriz delega el teatro al gerente Ángel Gutiérrez. En esta época brillaron con varios espectáculos Moncho Borrajo y El Tricicle; por allí desfilaron también grandes montajes del Centro Dramático Nacional o del Teatro de la Danza. Y fue en el 2005 cuando la empresaria Lina Morgan se asocia al productor José Luis Moreno, para convertir el Teatro La Latina en el Teatro de Madrid por excelencia.
Un contrato de 2 años que incluyó un ciclo de zarzuelas, el musical El Diluvio que viene o la versión teatral de la televisiva Matrimoniadas. Más tarde, es la propia Lina la que se ocupa de programar el teatro y por allí desfilan los más grandes y míticos nombres del panorama nacional en una lista interminable. Pero en el 2010 la actriz, cansada y no recuperada del todo de la muerte de su hermano, vende el teatro a la empresa Focus-Penta que, a día de hoy, siguen siendo sus propietarios.
Lo más significativo de la escena española ha desfilado por este teatro durante todos los años en que La Latina ha tenido sus puertas abiertas. Estar en el Teatro de La Latina es símbolo de éxito.
beon. Entertainment lleva a este emblemático monumento de la historia del teatro la obra El tiempo entre costuras, el musical, basado en la novela de María Dueñas, que cosechó un enorme éxito tanto dentro como fuera de nuestras fronteras.